Mucho antes de la irrupción de los catamaranes voladores en la Copa América, el navegante Alain Thébault persiguió el sueño de navegar en veleros que no tocasen el agua y no ha dejado de imaginar un mundo donde este sueño se haga realidad. Su último proyecto, Seabubbles, está a punto de ser una realidad tras más de dos años de trabajo.

El objetivo de este gran proyecto es crear un nuevo modo de transporte para ríos y canales, un vehículo que no contamine y que se presente como solución a los problemas de movilidad y medioambientales de las grandes ciudades. Otro objetivo fundamenteal es que las sensaciones a bordo no sean las de estar navegando en un barco, sino las de estar en un coche en carretera.

Según los primeros ensayos, el despegue se produce en cuanto el vehículo alcanza los 6 nudos de velocidad. Construido con materiales biodegradables muy ligeros, el SeaBubbles consta de una pequeña cabina para los pasajeros equipada con foils y está propulsada únicamente por energía eléctrica, con una autonomía de entre 80 y 100 kilómetros. Su diseño, además, evita la creación de olas en la estela que vaya dejando por su popa.

Hasta la fecha se han construido en Suiza cinco burbujas eléctricas voladoras y Alain Thébault confía en iniciar este año una producción a gran escala a la espera de cerrar acuerdos con otras ciudades de Francia y de otros países como Dubai o Venecia.

Sitio Web SeaBubbles: http://www.seabubbles.fr/en/

Fuente del post: http://www.expansion.com